La vesícula biliar es un pequeño órgano, ubicado debajo del hígado, cuya tarea principal es la de secretar la bilis que ayuda a descomponer las grasas.
Esta participa en las funciones digestivas del organismo, puesto que, al liberar la bilis en el conducto biliar, ayuda a digerir algunos de los desechos que se retienen en el intestino.
No obstante, en ocasiones presenta problemas en su funcionamiento, ya que algunas sustancias se quedan retenidas en los conductos, generando obstrucciones que impiden el paso de la bilis.
Como consecuencia se producen una serie de síntomas que, al no ser atendidos de forma oportuna, pueden causar un fuerte impacto en la calidad de vida.
Debido a esto es primordial conocer cómo se manifiestan estas dificultades y, tras identificarlo, consultar al médico para recibir un tratamiento adecuado. A continuación queremos compartir 6 señales que deben ser tenidas en cuenta.

1. Inflamación y gases

Como ya mencionamos, la vesícula biliar participa en la digestión, liberando una sustancia que es clave para descomponer las grasas.
Una vez se presentan obstrucciones o dificultades en los conductos que facilitan el paso de la bilis, las digestiones se vuelven más pesadas y se producen síntomas como la inflamación y el exceso de gases intestinales.
Esto se debe a la acumulación de desechos que, al no ser expulsados de forma óptima, se fermentan y provocan malestares.
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