Los que me leen ya saben que tengo la manía de alertar de los nuevos timos a medida que van saliendo. Las preferentes, la gripe A, el calenta-miento global, el ébola, la estafa piramidal de las pensiones, el virus de la hepatitis C, y muchos más que no hace falta citar.
Para entender el timo que nos ocupa, primero hay que explicar la utopía en la que está basado: se ha hecho circular la teoría de que hay un grupo muy poderoso en el planeta, que además de ser poderoso es honesto. Ya sé que la frase anterior es un oxímoron. No he dicho que yo me crea dicha teoría, sólo la estoy contando. Para hacer la utopía más bonita, dicho grupo está dispuesto a derrocar a los actuales amos del mundo y comenzar una era de paz, honestidad y prosperidad. Recomiendo sentarse para leer lo que viene: apenas tengan el poder van a inundar el planeta con una cantidad de dinero monstruosa, que se llamará fondos de prosperidad. Como cualquiera puede adivinar, esos fondos van a ir destinados a obras sociales y humanitarias.
Aunque la gente lo dude, yo también tengo mi corazoncito y me encantaría creerme lo anterior, desgraciadamente no puede ser y además es imposible. Para poder vivir de mi profesión he tenido que quitarme las gafas con los cristales de color rosa y tener siempre los pies apoyados en el suelo, y esas precauciones me impiden disfrutar del inmenso placer de pensar que el mundo volverá a ser un paraíso, como lo era antes de que una especie de bípedos dominara todos...